"Inútil, gilipollas, subnormal": condenan por acoso laboral a Gadisa, la mayor distribuidora de Galicia
La firma deberá indemnizar con más de 50.000 euros a dos cajeras que cayeron enfermas por los insultos y humillaciones constantes de su supervisora sin que la dirección hiciera nada para protegerlas.

A Coruña--Actualizado a
La Audiencia Provincial de A Coruña ha ratificado la sentencia de una juez de lo Penal que condena a una filial de Gadisa, la mayor empresa de supermercados de Galicia y matriz de marcas como Gadis, Claudio e Ifa Cash, por los daños morales y psicológicos que sufrieron dos cajeras víctimas de acoso laboral. Ambas padecieron humillaciones e insultos en público por parte de la responsable del establecimiento en el que trabajaban.
El fallo condena a Gadisa, propiedad del empresario Roberto Tojeiro, a indemnizarlas con 51.546,74 euros y a pagar al Servizo Galego de Saúde (Sergas) los gastos de los tratamientos médicos que la sanidad pública tuvo que prestarles para que pudieran superar los trastornos de estrés postraumático y de depresión que les provocaron. La empresa y la persona condenada como autora material de los hechos también deberán asumir en su integridad las costas del juicio.
El ponente de la sentencia, que tiene fecha del pasado 10 de febrero pero que no había trascendido hasta ahora, es Ignacio Picatoste Martínez, presidente de la Audiencia Provincial. El fallo de la sala también confirma la pena dictada contra la responsable del hipermercado Gadis de Melide (A Coruña), donde ocurrieron los hechos, condenada a un año de prisión por dos delitos contra la integridad moral en la modalidad de acoso en el ámbito laboral, y a otros ocho meses por otros dos delitos de lesiones psíquicas. Los jueces también confirman la rebaja de penas al apreciar la circunstancia atenuante de reparación del daño causado.
Humillaciones y agresiones verables
Las empleadas trabajaban como charcutera y como reponedora del citado establecimiento, respectivamente, aunque sus funciones también incluían cobrar en las cajas, atender a los clientes y limpiar el local. Una de ellas llevaba varios lustros en la compañía, pero la otra acaba de ser contratada en 2018. Según la sentencia, que valida un fallo previo del juzgado de lo Penal número 4 de A Coruña, la responsable del súper, con antigüedad desde 2003, "intensificó" ese mismo año las humillaciones y la actitud beligerante de desprecio y acoso continuos hacia sus subordinadas. A la primera, después de que pidiera los días de permiso establecidos por convenio para acompañar y cuidar a su madre durante una operación quirúrgica; y a la segunda, desde el mismo día en que empezó a trabajar.
"Aprovechándose de su situación de superioridad jerárquica frente a las anteriores, [la condenada] ha venido ejerciendo una conducta de hostigamiento, dirigiéndose a ellas de forma sistemática y prolongada en el tiempo con graves descalificaciones, ridiculizando sus actos y palabras, tanto en presencia de otros compañeros como de los clientes del centro comercial", dice el fallo, que da por probado todo el catálogo de agresiones verbales que las denunciantes y sus compañeras, que comparecieron como testigos en la vista oral, pusieron de manifiesto durante el juicio:
"Yo con tu contrato puedo hacer lo que quiera, incluso meterte a ti en una estantería"
"Inútil"; "analfabeta"; “yo te mato, yo te mato, borraste las etiquetas"; "te voy a canear"; "no sabes hacer nada”; “tengo aquí unos mierdas, unos gallitos, pero a esos me los piso así"; "aquí el que no siga mis pasos lo pongo bajo la suela de mis zapatos y le hacemos la vida imposible hasta que se aburra y se marche"; "soy la persona más mala del mundo";"¡víbora, víbora, tengo una víbora en la tienda!"; "ahora te vas a enterar, pasas para la caja número uno sin moverte de ahí en todos los turnos que tengas"; "yo con tu contrato puedo hacer lo que quiera, incluso meterte a ti en una estantería"; "y ahora corres y vas a tus amigos del sindicato"; "eres una gilipollas"; “eres una tortuga"; "me pones de los nervios"; "subnormal perdida"; "porca [puerca en gallego]”; "aquí hay que correr y sudar, tú no vales para nada"; "tienes que correr todo el tiempo; “si escuchas carros, corres; si escuchas cestas, corres", "te voy a supervisar todo el día y cuando te diga corre, corres".
Los insultos iban acompañados de constantes amenazas de despido y de órdenes discriminatorias para realizar tareas peligrosas y degradantes. A una de las víctimas llegó a encargarle llevar sin ayuda un pedido de 15 sacos de pellets de 15 kilos cada uno a un domicilio ubicado en un piso veinte sin ascensor. A la otra, le ordenó retirar con las uñas las pegatinas incrustadas en el suelo del local, sin dejarle usar guantes y derramándole el agua del cubo de fregar.
Comprometida con "entornos laborales adecuados"
Público se ha dirigido a Gadisa para intentar obtener de sus responsables su versión de los hechos y una valoración de la sentencia, y para saber si había abierto alguna investigación interna sobre los mismos y adoptado medidas. La compañía señala que acata y respeta el fallo y se defiende asegurando que éste "no atribuye a la empresa la autoría de los hechos, sino que establece una responsabilidad civil subsidiaria, de carácter exclusivamente económico". Por ello, añade que no considera oportuno valorar su contenido. "La compañía mantiene su compromiso con el cumplimiento normativo y con el desarrollo de entornos laborales adecuados para todas las personas que forman parte de la organización", concluye la dirección.
La Confederación Internsindical Galega (CIG), que asegura que la supervisora condenada está de baja pero sigue en plantilla y que "podría volver a su puesto en el mismo establecimiento en cualquier momento", ha criticado que la dirección de la compañía haya defendido "la actitud hostil y de acoso laboral por parte de la encargada denunciada".
"Conocían los insultos, los desprecios, la marginación y discriminación a las que fueron sometidas las trabajadoras hasta caer enfermas"
"Conocían los insultos, los desprecios, la marginación y discriminación a las que fueron sometidas las trabajadoras hasta caer enfermas", señalan fuentes del sindicato, que lamentan que los responsables de Gadisa "en ningún momento buscaron una solución y agotaron las vías jurídicas para eludir su responsabilidad". “Hoy continúan sin aplicar ninguna decisión para proteger a las trabajadoras de esa clase de situaciones, podemos decir abiertamente que Gadisa es responsable del acoso laboral que se sufre en algunas tiendas".
La primera de las trabajadoras afectadas sufrió un trastorno de estrés postraumático y trastorno adaptativo ansioso depresivo, que requirió asistencia facultativa, tratamiento médico ansiolítico y antidepresivo, cuatro consultas psiquiátricas y una sesión de psicología clínica, todo con cargo a la sanidad pública. Tardó 504 días en sanar aunque padece secuelas psíquicas derivadas del estrés postraumático en manifestaciones menores de forma esporádica y en grado leve. La segunda padeció un trastorno adaptativo que requirió asistencia facultativa, tratamiento médico ansiolítico y antidepresivo, cinco consultas psiquiátricas y tres sesiones de psicología clínica. Tardó 465 días en superarlo y curarse.
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